Jardín eterno en una botella cerrada un año después – Ideas DIY con plantas

Hola y bienvenidxs a Artencasa, ya ha pasado un poco más de un año desde que hice estos jardines eternos. Hoy os quiero enseñar cómo han evolucionado en este tiempo todas las botellas y para los que no habéis visto los vídeos anteriores, voy a explicar paso a paso cómo se puede hacer un jardín en una botella cerrada y que las plantas vivan durante muchísimos años sin tener que cuidarlas.

Desde que vi un artículo que decía que un hombre había embotellado una planta hacía más de 40 años y ésta había crecido hasta ocupar todo el espacio de la botella, tenía ganas de hacer este proyecto. La noticia me cautivó, David Latimer plantó su jardín en una botella en 1960 y en 1972 la regó por última vez. Me pareció increíble, así que el año pasado estuve investigando sobre el tema y cómo era posible que una planta pueda vivir tanto tiempo encerrada y sin ningún cuidado, el año pasado ya lo expliqué, pero en este vídeo os lo vuelvo a explicar.

No sé si te gustan mucho las ciencias, pero yo lo he encontrado de lo más interesante. Dentro de la botella se crea un ecosistema aislado y por ese motivo las plantas pueden vivir y crecer felices.

El agua del único riego es absorbida por las raíces y se libera en el aire a través de las hojas durante la transpiración.

El agua se condensa y vuelve al fondo del tarro para volver a ser absorbida por las raíces.

Durante la noche, las células de nuestras plantas respiran, es decir, absorben de la botella el oxígeno y expulsan anhídrico carbónico.

Durante el día tiene lugar la función clorofílica gracias a la luz solar.

Es el momento que las plantas absorben el anhídrico carbónico del aire, lo descomponen y liberan el oxígeno de nuevo.

La función clorifílica es muy importante, ya que gracias a ella y a la luz solar, las plantas fabrican su propio alimento.

Como ves, todo se reutiliza una y otra vez, dicen que el ciclo se agota cada 50 años, a ver cuánto duran nuestras plantas en una botella.

Ahora que ya sabemos cómo funciona, vamos a ver qué materiales necesitamos para hacer este maravilloso experimento. Hoy os voy a mostrar cómo hice los 4 jardines eternos que no os enseñé el año pasado. El primero en una botellita cuadrada de cristal pequeña con tapón de corcho, el segundo en una botella del mismo estilo pero más pequeña todavía, el tercero en una bombilla y el cuarto en un tarro grande de cristal con tapa de corcho. Contra más ancha sea la apertura del recipiente que utilicemos, más fácil será colocar todos los elementos. Como ya tengo la experiencia de un año con estos jardines, hoy os puedo decir qué es lo que hice bien o hice mal el año pasado.

Para hacer un jardín eterno necesitaremos:

Lo primero es ir a buscar nuestras plantitas. Si tienes musgo en el jardín o la terraza de casa, lo puedes coger de allí y si no, también lo puedes comprar. Yo como vivo en una zona muy húmeda, tengo musgo allá dónde mire. El año pasado utilicé una plantita tipo suculenta que descrubrí debajo de la escalera que da al jardín, pero por experiencia os digo que ese tipo de plantas no funcionan, deben ser unas plantas que les guste la humedad, tipo musgo, helechos…

Si recoges tus plantas, pero no las pones en la botella el mismo día, acuérdate de regarlas.

El primer paso es asegurarnos que las botellas que vamos a utilizar están bien limpias y después rellenar el fondo con piedras. He escogido piedras volcánicas porque me gusta mucho su color y forma, pero además creo que debido a su porosidad y forma son perfectas para que el agua sobrante se acumule en ellas y permitan que la tierra se seque. Al ir introduciendo las piedras por el cuello de la botella, necesitaremos un palito largo para ir acomodando las piedras. También puedes mover la botella para que las piedras vayan cayendo por su propio peso.

Después ponemos un trozo de malla para separar las piedras del sustrato y así permitir que el agua pueda bajar hasta el fondo de la botella.

Ahora echamos el carbón activado. Este elemento lo puedes comprar en una tienda de animales que vendan peces y acuarios. El carbón activado es un activo excelente para absorber el exceso de humedad, mejorar los niveles de oxígeno para las raíces y ayudar en el filtrado del agua.

Yo siempre lo utilizo para mis terrarios y me ha dado muy buen resultado.

Es el momento de echar el sustrato comprado. Dependiendo la anchura del cuello de la botella, puedes utilizar un embudo, un papel enrollado o si se puede, directamente la pala para echarlo.

Mientras vamos introduciendo el sustrato por el orificio, lo vamos acomodando con un palito o con unos simples movimiento circulares de la botella y unos golpecitos contra la superficie. Nos interesa prensarlo un poco.

Ahora que ya tenemos el tema del sustrato solucionado, le toca el turno a las plantitas.

Como el cuello de la botella es más estrecho que la base, deberemos ir introduciendo nuestras plantas poco a poco. Las vamos separando por pequeñas secciones que quepan por la apertura y las vamos acomodando a la base con un palo largo. Si tienes unas pinzas largas y estrechas también te pueden servir. El palo que utilizo es plano por un lado y acabado en punta por el otro. La parte plana es la que mejor me va para acomodar las plantas.

Una vez ya tenemos el suelo cubierto del musgo, podemos colocar las plantas que nos gusten, siempre y cuando les guste la humedad.

Para plantar las plantas solo las debes introducir por el cuello, llevarlas con el palito dónde las quieras colocar y hacer un poco de presión con la punta plana para introducir las raíces en la tierra.

Me encantan las piedras blancas, así que voy a decorar los mini jardines eternos con ellas.

Es el momento del riego. Aprovecho el agua para limpiar los cristales de las botellas que se han manchado al introducir los elementos.

Con una botellita de biberón riego las plantas con agua embotellada. Hago esto para que la cal del agua del grifo no manche el cristal de la botella. Sería ideal recoger un poco de agua de lluvia y regar tu jardín eterno con ella.

En la cantidad de riego se debe tener mucho cuidado, ya que si nos pasamos, las plantas acabarán pudriéndose.

Mojamos todas las plantas con suficiente agua para que vivan y crezcan felices, pero sin ahogarlas. Si hay que elegir, es mejor tener que abrir la botella y echar más agua que pasarnos de primeras.

Para la segunda botella que es aún más pequeña que la primera, no voy a utilizar las piedras de base, ya que me quitarían demasiado espacio. En este caso, echamos directamente el carbón activado y a continuación el sustrato. Los demás pasos los hacemos exactamente igual que en la botella anterior.

Para limpiar la tierra y las gotas de agua que manchan los cristales de nuestras botellas he probado dos opciones. La primera es pegar con silicona caliente un algodón a la punta de un palito largo de madera. Esta opción está muy bien, ya que la tierra húmeda se queda pegada con facilidad al algodón. Pero para mí, la siguiente opción es aún mejor.

Enrollamos una servilleta a la punta del palito de madera y la sujetamos con una goma. Está opción me gusta más porque la servilleta limpia mejor el cristal y además, la puedes cambiar por otra limpia muy fácilmente.

Tapamos nuestras botellas con corchos.

En el caso de la bombilla, seguimos todos los pasos exactamente igual que en la primera botella, ya que hay suficiente espacio para colocar todos los elementos. La única diferencia es en el momento de cerrarla, ya que no vamos a utilizar un tapón de corcho. Para que la bombilla quede herméticamente cerrada, he tapado el agujero de la tapa con un poco de silicona.

Si las botellas no quedan bien cerradas, sobre todo en verano, cuando hace mucha calor, es probable que las tengas que regar para que no se sequen completamente. Yo las he regado solo 2 veces durante este año.

El último jardín eterno que os voy a enseñar hoy, lo hice en un tarro grande. Es el más cómodo con diferencia, ya que la base es igual de grande que la apertura. Los pasos son exactamente iguales, pero claro, la dificultad de colocar los elementos dónde quieres es mínima.

Ahora os enseñaré cómo quedaron el año pasado después de hacerlos y cómo están ahora, un año después. Estos son los dos botes cuadrados que tenía casi idénticos de diferentes tamaños para meter las plantitas.

Aquí están los 3 mini jardines en botecitos de cristal.

Obviamente en los botecitos pequeños no he utilizado las piedras volcánicas, ya que no cabían, en su lugar he utilizado solo el carbón activado.

Aquí tenéis el tarro más grande con tapa de corcho, éste sin lugar a dudas es el más cómodo de hacer, ya que la apertura es igual de grande que la base. Cuando hacía este jardín se me debió colar un bichito o había un huevo en la tierra o el musgo, si te miras el vídeo seguro que lo ves.

Aquí tenéis la bombilla llena de musgo.

Para que tu jardín eterno prospere, recuerda que debes situarlo en una zona bien iluminada, como por ejemplo cerca de una ventana, pero nunca con sol directo, ya que el cristal podría hacer un efecto lupa y quemar nuestras plantitas.

Anímate a hacer este proyecto, es muy fácil y baratísimo!!! Si tienes niños, les va a encantar 😉

Aquí abajo te dejo las etiquetas que he creado para decorar tu jardín eterno y saber la fecha que lo creaste.

Si tienes pensado regalárselo a alguien, puedes escribir una dedicatoria en el dorso.

Espero que el post te haya sido útil y te haya servido de inspiración para tus propias manualidades.

Y recuerda: Si lo puedes imaginar, lo puedes crear.

Nos vemos la semana que viene!!!

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